EL YACIMIENTO KIPUTZ DE MUTRIKU, EXPUESTO EN EL MUSEO DE ALTAMIRA
El Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira presentó el 29 de mayo una nueva exposición temporal: Kiputz: el abismo prehistórico. La exposición ha sido inaugurada el 1 de abril en colaboración con el Museo San Telmo de San Sebastián, el Depósito (Centro de Colecciones de Patrimonio de Gipuzkoa) y la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Esta exposición presenta los resultados de los estudios de este yacimiento situado en Mutriku. En él se recuperan los principales conjuntos paleontológicos de renos y bisontes de la Península Ibérica, destacando un cráneo del bisonte 'Bison priscus', el bisonte estepario protagonista de los techos policromos de Altamira.
En la presentación de la exposición estuvieron presentes el alcalde de Mutriku, Joseba Palenzuela; la directora del Centro de Investigación y Museo Nacional de Altamira, Pilar Fatás; los comisarios de la exposición, Pedro Castaños y Xabier Murelaga; la directora del Museo San Telmo, Susana Soto; el director del centro Gordailua, Carlos Olaetxea, y el secretario general de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Juantxo Agirre-Mauleón.
La exposición comienza con la obra de Jesús Mari Lazkano 'Todo lo sólido se desvanece en el aire II' (2014), que sumerge al visitante en la fría imagen que caracterizó el paisaje de la cornisa cantábrica durante el último gran invierno.
La cueva de Kiputz, en Mutriku, es una trampa natural de seis metros de profundidad, en la que cientos de animales cayeron al precipicio para permanecer más de 20.000 años, hasta que los espeleólogos del Grupo Munibe descubrieron el yacimiento en 2002. En cuatro campañas de excavación descubrieron en este yacimiento de nuestro país animales carnívoros (oso pardo, león, gato montés, lobo, zorro, tejón, marta y turón) y herbívoros (caballo, cabra montés, jabalí, corzo y jabalí), protagonizados por 43 ciervos, 23 renos y 18 bisontes. La exposición muestra tres esqueletos completos de estas especies, finalizando el recorrido de la exposición con un cráneo de bisonte casi completo. Es el cráneo de un macho adulto de unos 900 kilos y muestra una cornada que supera el metro entre los dos cuernos.
La exposición estuvo expuesta hace un año en el museo San Telmo y del 1 de abril al 4 de julio estará en el espacio 1973 del museo ubicado en Santillana del Mar.